¡Vaya Semana!
No me he acercado a este blog por ver cómo terminaba todo el proceso de la muerte, entierro y funerales del Papa. La verdad es que estoy estupefacto. No fue hasta las 21.37 del dia 2/4/05, que se anunció, oficialmente, la muerte del Pontífice. Sin embargo el dia anterior, los medios ya lo habían matado en más de un par de ocasiones. Daba la sensación de que estaban como locos porque se muriera. El caso es que se murió y se produjo la catarsis mediática. Todos los medios se hacían eco del fallecimiento, todos conectaban con la Plaza de San Pedro, en Roma, para que transmitieran las últimas noticias y pulsaran las opiniones y el ambiente que reinaba po allí. Se desempolvaban las imágenes de archivo, se emitían todos los panegiricos posibles, se vertían opiniones, se valoraban sus años de Papado, aparecían quinielas sobre su sustituto...
Una cosa parece estar clara: este Papa se ha caracterizado por ser el más mediático de la historia. Una cosa no muy difícil de conseguir, puesto que sus antecesores no disfrutaron de la explosión de los medios de comunicación en la que estamos inmersos. Y cuando utilizo la expresión "explosión de los medios de comunicación", no me refiero a la cantidad (que es casi infinita), sino a la importancia que han adquirido en nuestra sociedad (pero esto es tema para otra discusión)
El caso es que hemos tenido luto mediático por el Papa, y esa reacción enfervorizada de los fieles ha sido, en mi opinión, más producto de esa imagen mediática que del cariño que pudiera desprender el propio Juan Pablo II. El traslado del cadaver hasta la catedral de San Pedro, el boato, la masa rodeando el cadaver, intentando llevarse un buen primer plano del fallecido con sus cámaras-teléfono, me recordó al tumultuoso entierro de Arafat en Palestina, y acodaros la de críticas que ello suscito (Aquí teneis un ejemplo). Cuatro millones de fieles pasaron ante el cuerpo sin vida del Pontifice (una gran mayoría cámara en mano) para dar el último adiós. ¡...Y los que se quedaron sin verlo!
Ahora sólo queda esperar a ver quién es el próximo Papa. No os preocupeis, si no os enterais por los medios, ya os lo contaré yo.
Una cosa parece estar clara: este Papa se ha caracterizado por ser el más mediático de la historia. Una cosa no muy difícil de conseguir, puesto que sus antecesores no disfrutaron de la explosión de los medios de comunicación en la que estamos inmersos. Y cuando utilizo la expresión "explosión de los medios de comunicación", no me refiero a la cantidad (que es casi infinita), sino a la importancia que han adquirido en nuestra sociedad (pero esto es tema para otra discusión)
El caso es que hemos tenido luto mediático por el Papa, y esa reacción enfervorizada de los fieles ha sido, en mi opinión, más producto de esa imagen mediática que del cariño que pudiera desprender el propio Juan Pablo II. El traslado del cadaver hasta la catedral de San Pedro, el boato, la masa rodeando el cadaver, intentando llevarse un buen primer plano del fallecido con sus cámaras-teléfono, me recordó al tumultuoso entierro de Arafat en Palestina, y acodaros la de críticas que ello suscito (Aquí teneis un ejemplo). Cuatro millones de fieles pasaron ante el cuerpo sin vida del Pontifice (una gran mayoría cámara en mano) para dar el último adiós. ¡...Y los que se quedaron sin verlo!
Ahora sólo queda esperar a ver quién es el próximo Papa. No os preocupeis, si no os enterais por los medios, ya os lo contaré yo.
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